No sabe como, ni cuando el arquetipo de la niña herida se transformo en parte constitutiva de su personalidad.
Ella se siente victima de los distintos hombres con los que se encuentra. En su búsqueda por diferenciarse de sus figuras parentales, buscó y halló hombres absolutamente distintos a su padre, otros absolutamente iguales.
Encontrar el punto de equilibrio entre ambos arquetipos ha sido una tarea titanesca.
Ambos arquetipos : El loco y el emperador del tarot, en apariencia pueden ser muy diferentes, sin embargo para la niña herida estas diferencias en su momento le hicieron creer que escogía desde la diferencia absoluta, sin embargo no fue así, ya que como es sabido es imposible escapar de una misma si no se tiene mediana conciencia de ciertos condicionamientos arraigados como un carcinoma.
La niña de este relato habita en muchas de nosotras, ella ve rasgos y caracteristicas angelicales en sujetos perdidos y desconectados de si mismos y de su entorno. Buscar por todos los medios sanar y llenar ese vacío afectivo es una obligación para con nuestra vida.
